Capítulo 8 “Sabotaje en la sala de máquinas”
El incidente con la nena y la invitación a la reunión
Eliseo observa a una niña con su perro en la calle. La niña hace que el perro defeque y se niega a recogerlo porque no trajo bolsa. Eliseo le ofrece una, obligándola a limpiarlo, y ella le responde con un gesto burlón. Luego, Zambrano reparte las invitaciones para la reunión del consorcio, donde se discutirá la construcción de la pileta. Sin embargo, omite decirle a Eliseo que, si la pileta se aprueba, tendrá un mes para desalojar.
La conversación con los inquilinos y el problema del ascensor
Mientras Eliseo está afuera, unos inquilinos le comentan que se van a Europa, pero que estarán de regreso para la votación y votarán a favor de la pileta. Poco después, un técnico revisa los ascensores y advierte que es necesario cambiar los motores, con un costo de 250 mil dólares. Sin embargo, como el consorcio está enfocado en la pileta, no lo hacen. Miguel, con tono de broma, le dice a Eliseo que, si el ascensor se rompe, la pileta quedará en segundo plano.
El sabotaje del ascensor y sus consecuencias
Eliseo decide aprovechar la situación y sabotea el sistema eléctrico del ascensor, provocando un cortocircuito que quema el motor. Zambrano lo llama para preguntarle si escuchó la explosión, pero Eliseo se hace el desentendido. Esa noche, la policía llega porque un inquilino con tobillera electrónica quedó atrapado sin poder salir. Eliseo lo encuentra y lo ayuda a regresar al edificio. En agradecimiento, el inquilino le dice que votará en contra de la pileta.
La inspección y el descubrimiento del sabotaje
Al día siguiente, un técnico revisa el ascensor y concluye que el fallo se debe a un desgaste natural. Zambrano, sin embargo, sospecha que fue intencional y contrata a otro técnico para obtener una segunda opinión. Este descubre que alguien hizo un puente en el sistema eléctrico y concluye que fue un sabotaje.
Las sospechas de Zambrano y la coartada de Eliseo
Zambrano interroga a Eliseo sobre su paradero la noche del incidente. Eliseo dice que salió a comprar comida a las 10:15, pero nunca la trajo de vuelta, lo que levanta sospechas. Para desviar la atención, Eliseo culpa a Miguel, argumentando que él está descontento con su salario y con la pileta. Como consecuencia, lo despide, pero Miguel le ruega que no lo deje sin trabajo.
La estrategia de Eliseo para desviar la culpa
Mario y Zambrano confrontan a Eliseo, quien desvía la responsabilidad hacia el técnico Rubino, sugiriendo que a él le conviene que los ascensores fallen para que lo sigan contratando. Convencidos, deciden culpar a Rubino. Luego, Eliseo busca a Miguel y lo convence de regresar al trabajo, diciéndole que puso las manos en el fuego por él.
El desenlace: la pileta se posterga
Esa noche, Eliseo ve a Zambrano en la terraza y conversan sobre el impacto económico del problema. Debido al alto costo de la reparación del ascensor, deciden postergar la pileta. Satisfecho con su maniobra, Eliseo contempla la ciudad y dice: “Ay, qué linda vista, Dios mío”.
“¿Y si las cosas hubieran sido distintas…? – Condicionales con El Encargado”